Madrid despeña la nostalgia París blasfema de su olor Roma envejece su esplendor y Atenas sufre de neuralgia. Montreal requiere de alboradas La Habana muere de oficinas Londres reniega de neblinas San Petersburgo de nevadas. Tokio nada en transistores Ciudad de México se asfixia Pekín ya casi ni es noticia, cuando en Pretonia sobrecogen. Amsterdam muda sus colores Sydney exporta sus canguros Brasilia enferma de futuro Islamabad se hace jirones. Mónaco renta sus princesas, hierve New York contaminado Berlín convenia su pasado y Buenos Aires su tristeza. Pierde Bagdad por su fiereza Ginebra ajusta los relojes Sofía abusa de las flores como Kuwait de su riqueza. El mundo acude a las alianzas, las dos Europas se hacen una, un holocausto se apresura mientras la gente se separa. Y dios dispone su mirada de impresionado a confundido mientras tú y yo nos entendimos y nos amamos pese a nada.