Buscaba que mejor te dejaría que el tinte enamorado de mis ojos mi solidez y mi melancolía, mi casa, mi pereza y mis anteojos. Mi espalda sofocada y retorcida la estela enloquecida de mi arrojo mi abulia prolongada y progresiva, la hambruna incontenible de mi antojo. Mis discos, mis recados, mis demencias, la sed de reinvertir la maravilla de un acueducto seco por la urgencia y un alma sin vapor que se maquilla. Tal vez te dé diciembre que adentro se nos cuela ¡qué navidad reciente! la que dios nos revela ¿será que se pasaron por aquí las quimeras? Con árbol y pesebre con guirnaldas y fiestas. Tal vez te dé diciembre, lo mejor que me queda. Buscaba que mejor te dejaría que las magulladuras de la ausencia mis rotas y podadas alegrías y la consecución de mis carencias. El mundo tricolor que me rodea la angustia bitonal que me domina lo que me guardo de la primavera para reforestar lo que la anima.