Era verano en Tucumán y yo te amaba como se ama en el norte: sin apuro, pero tuve el coraje y aún lo tengo, de no pensar lo mismo que la fuerza y la fuerza me encerró y no pude verte. Me quedé repitiendo tu nombre ¡Tanto tiempo! Yen las noches más crudas de invierno te he llamado; las estrellas que vencen los muros me contaron ¡Que te vieron llorar bajo el cielo tucumano! Estribillo Apenitas soy cantor, tarda en madurar la flor, pero al fin madura pero al fin madura... Volvió el verano a Tucumán y fui hasta el puente, aquél que apenas cruza los barrancos. Te busqué junto al río, tranco a tranco ¡Y ni una sola golondrina con tu nombre, que era mío! Castigué mi cigarro en el río y a él, con mi pena. Me alcanzó una guitarra de viento y de ceniza ¡Que lloró bajo el viejo verano tucumano!