No esperes que un hombre muera para saber que todo corre peligro, ni a que te cuenten los libros que están tramando ahi fuera. No esperes a que te den los planos para satisfacer tu curiosidad, ni a que el aire también sea de pago para gozar el placer de respirar. No esperes por peste, suerte seguirás a su merced mientras haya gente que trafique con la muerte. No esperes de ningún modo que se dignen consentir tu acceso al porvenir los que hoy arrasan con todo. No esperes a que se acaben para desear las cosas más que nunca ni a responder las preguntas cuando los otros se callen. No esperes el consentimiento ni a que te proporcionen un manual ni a que el horóscopo te sea propicio.