Te dí mi sangre, te dí mi cielo, te abrí la puerta de mi secreto. Te dí mi alma y tú tus besos, y ese veneno de efecto lento. Te miro y tiemblo... Dónde está el fuego? Llegó el invierno. Dónde has escrito nuestro último verso? Cómo está el río, tranquilo y seco? Cómo borrarte de mis recuerdos? Te miro y tiemblo... Te dí mi sangre y tú tus besos. Cómo negar que aún te venero.