Pese al dolor vengo a verte. Lo supe ayer que te hallabas tan mal. Yo que jure odiarte hasta la muerte no pude más y vine al hospital. Por todo el mal que me has hecho quise cobrar este amargo rencor, pero después senti dentro del pecho mi corazón latir con santo amor. Por que lloras? Acaso mi presencia en este instante a vos también te apena? O al recordar tu uida sin esencia te arrepentiste y hoy queres ser buena? La tarde gris, tan gris como mi pena, acompañó mi quebranto por tu herida, porque tus besos trajeron a mi uida la dicha de soñar y el ansia de vivir. No vine aqui a reprocharte. . . Todo paso...y prefiero oluidar... Lo quiere Dios que vuelva a perdonarte y que otra vez volvamos a empezar. Cuando se curen tus males mi corazón volvera a despertar. Retornaran los mansos manantiales y como ayer tendremos un hogar.