Un día de esos, de los que no apetece ver televisión, ni tampoco leer libros, cuando la inquietud tira hacia el exterior. Sin dejarlo dicho en casa me voy a dar un garbeo, drogado por la abstracción. Los naranjos y las farolas, el silencio de sus noches, me traen imágenes en blanco y negro. Estribillo Vecino, dime donde estoy, que me he quedao pillao y no se a donde voy. Que ni siquiera recuerdo el nombre de estas calles. Que ni siquiera. Más de media vida, viviendo bajo el cielo del Barrio León, más allá de Triana, allí donde los recuerdos se convierten en canción. Donde daba largos paseos con mi primera bicicleta, donde jugaba a ser mayor donde quedaba con los amigos a cantar nuestras canciones, primeros besos, el primer amor. Estribillo Vecino, dime a donde voy, que me he quedao pillao y no se adonde voy. Que ni siquiera recuerdo el nombre de estas calles (Bis) Que ni siquiera.